Tradicionalmente se ha identificado a los psicólogos con esas personas que venían al colegio y que nos hinchaban a tests. Desgraciadamente seguimos cargando con ese estereotipo igual que cuando en una cena o boda alguien se entera que eres psicólogo y o bien se pasa dándote la noche contándote sus problemas, o muy al contrario se pasa toda la noche dándote la lata al son de yo en mi trabajo sí que hago las cosas con psicología.
Supongo que de una u otra manera estamos en el ojo del huracán pero desgraciadamente siempre para ser objeto de acoso y derribo u objeto de mofa y befa.
En fin, me dan ganas de cumplir con esa expectativa relativa a los tests y torturar a los pesados que se me acercan con el infumable MMPI-II que al menos les tendrá ocupados cerca de 2 horas.
M.
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