Ahora que los estudiantes están llevando a cabo las pruebas de selectividad pienso en la ANSIEDAD que pasé en esos tres días de examen. Jugarte todo a una carta. Tu futuro profesional decidirlo en dos o tres días es algo terrible. POder o no estudiar aquello que quieres... depende de un examen.
El problema es la interpretación que nosotros hacemos de ese examen: ¿qué supone para nosotros? o a menudo al contrario ¿qué supone para nosotros suspenderlo?.
El problema no es el examen, sino el VALOR EMOCIONAL que le damos al mismo.... Y esto es lo que hace que vivamos un examen como algo decisivo, como una AMENAZA casi VITAL.
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